El ángel poderoso entonces llama atención a
lo extenso de la ramería de Babilonia la Grande cuando proclama: “Porque
a causa del vino despertador de pasiones de su fornicación todas las naciones
han caído víctima, y los reyes de la tierra cometieron fornicación con ella, y
los comerciantes viajeros de la tierra se enriquecieron debido al poder del
lujo desvergonzado de ella”. (Revelación 18:3.) Ella ha adoctrinado a
todas las naciones de la humanidad en sus caminos religiosos inmundos. Según el
historiador griego Heródoto, en la antigua Babilonia se requería que cada joven
soltera diera su virginidad a la prostitución en los templos como parte de su
adoración. Hasta hoy mismo se ve representada repugnante corrupción sexual en
las esculturas damnificadas por la guerra en Angkor Vat, en Kampuchea (Camboya)
y en los templos de Khajuraho, India, que muestran a un dios del hinduismo,
Visnú, rodeado de repugnantes escenas eróticas. En los Estados Unidos las
revelaciones de inmoralidad que sacudieron al mundo de los evangelizadores de
la TV en 1987, y de nuevo en 1988, así como la revelación de que entre
ministros de la religión es extensa la práctica de la homosexualidad, ilustran
que hasta la cristiandad tolera alarmantes excesos de fornicación literal. Sin
embargo, todas las naciones se han convertido en víctimas de una clase de
fornicación que es más seria aún.
Recordemos la ilícita relación
religioso-política que ayudó a Hitler a ascender rápidamente al poder en
Alemania. Otras naciones también sufrieron por la intromisión de la religión en
asuntos seglares. Por ejemplo: en la Italia fascista, el 11 de febrero de
1929, Mussolini y el cardenal Gasparri firmaron el tratado lateranense que
convirtió a la Ciudad del Vaticano en estado soberano. El papa Pío XI afirmó
que había “puesto de nuevo a Italia en manos de Dios y puesto a Dios de nuevo
en Italia”. ¿Era verdad eso? Considere lo que sucedió seis años después. El
3 de octubre de 1935, alegando que Abisinia era “un país bárbaro que
todavía practica la esclavitud”, Italia invadió a aquella nación. ¿Quién estaba
en realidad obrando bárbaramente? ¿Condenó la Iglesia Católica la barbaridad de
Mussolini? Mientras el papa hacía comentarios ambiguos, sus obispos se hicieron
muy expresivos bendiciendo a las fuerzas armadas de su “patria” italiana. En el
libro The Vatican in the Age of the Dictators (El Vaticano en la era de
los dictadores), Anthony Rhodes informa:
“En su
Carta Pastoral del 19 de octubre [de 1935] el obispo de Udine [Italia]
escribió: ‘No es ni oportuno ni apropiado que nosotros decidamos qué hay de
correcto o qué de incorrecto en este caso. Nuestro deber de italianos, y, más
aún, de cristianos, es contribuir al éxito de nuestras armas’. El obispo de
Padua escribió el 21 de octubre: ‘En las horas difíciles que vivimos, les
pedimos que tengan fe en nuestros estadistas y en nuestras fuerzas armadas’. El
24 de octubre el obispo de Cremona consagró varias banderas de regimientos
y dijo: ‘Bendiga Dios a estos soldados que conquistarán nuevas y fértiles
tierras para el genio italiano en suelo de África, llevando así a ellas la
cultura romana y cristiana. Que Italia se convierta de nuevo en el mentor
cristiano de todo el mundo’”.
Abisinia fue ultrajada, con la bendición del
clero católico romano. ¿Pudieran, en sentido alguno, alegar aquellas personas
que, como el apóstol Pablo, estaban ‘limpias de la sangre de todo hombre’?
(Hechos 20:26.)
Añada a Alemania, Italia y Abisinia otra
nación que se convirtió en víctima de la fornicación de Babilonia la Grande:
España. Entre los factores que iniciaron la guerra civil (de 1936 a 1939)
estuvieron las medidas que tomó el gobierno democrático para reducir el enorme
poder de la Iglesia Católica Romana. Durante la guerra, Franco, el líder fascista
católico de las fuerzas revolucionarias, se llamó a sí mismo “el Generalísimo
cristiano de la Santa Cruzada”, un título que después abandonó. Centenares de
miles de españoles murieron en aquella guerra. Aparte de esto, según un cálculo
conservador los nacionalistas de Franco habían asesinado a 40.000 miembros
del Frente Popular, mientras que estos últimos habían asesinado a
8.000 clérigos: monjes, sacerdotes, monjas y novicios. Ese horror y
tragedia de la guerra civil ilustra lo sabio que es prestar atención a estas
palabras de Jesús: “Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que toman la
espada perecerán por la espada”. (Mateo 26:52.) ¡Qué repugnante es que la
cristiandad se envuelva en derramamiento de sangre tan extenso! ¡Ciertamente
sus clérigos son un fracaso completo en cuanto a “batir sus espadas en rejas de
arado”! (Isaías 2:4.)
Los comerciantes
viajeros
¿Quiénes son “los comerciantes viajeros de la
tierra”? Sin duda, hoy los llamaríamos negociantes, gigantes del comercio,
magnates de los grandes negocios. Esto no quiere decir que sea incorrecto
participar en negocios legítimos. La Biblia suministra consejo sabio para los
negociantes: amonesta contra la falta de honradez, la avaricia y aspectos
similares. (Proverbios 11:1; Zacarías 7:9, 10; Santiago 5:1-5.) La mayor
ganancia es “devoción piadosa junto con autosuficiencia”. (1 Timoteo 6:6,
17-19.) Sin embargo, el mundo de Satanás no se rige por principios justos. La
corrupción abunda. Se halla en la religión, en la política... y en los grandes
negocios. De vez en cuando las noticias dan a conocer escándalos, como
malversación de fondos por funcionarios gubernamentales encumbrados y tráfico
ilegal de armas.
El mercadeo internacional de armas es un
negocio de más de un billón de dólares (E.U.A.) anualmente, mientras centenares
de millones de humanos carecen de los artículos de primera necesidad en la
vida. Eso es suficientemente malo. Pero parece que los armamentos son un apoyo
fundamental de la economía del mundo. El 11 de abril de 1987 un artículo del
periódico londinense Spectator informó: “Contando solo las industrias
directamente implicadas, en los Estados Unidos hay unos 400.000 empleos
envueltos, y 750.000 en Europa. Pero es curioso que a medida que la
fabricación de armas ha ido adquiriendo un papel social y económico más
importante, la cuestión misma de si los fabricantes tienen una buena defensa ha
pasado a un plano secundario”. Por toda la Tierra se obtienen tremendas
ganancias por la venta de bombas y otras armas, hasta a posibles enemigos. Algún
día esas bombas podrían regresar para destruir con su fuego y poder a los
mismos que las venden. ¡Qué paradoja! A esto se puede añadir el soborno y la
corrupción relacionados con la industria de las armas. Según el Spectator,
en tan solo los Estados Unidos “cada año el Pentágono pierde,
inexplicablemente, 900.000.000 de dólares en armas y equipo”. ¡No debe
extrañar que Revelación mencione desfavorablemente a los comerciantes de la
Tierra!
Como predijo el ángel glorioso, la religión
también se ha implicado profundamente en prácticas de negocio corruptas como
las que hemos descrito. Por ejemplo, considérese la conexión del Vaticano con
el desplome del Banco Ambrosiano de Italia en 1982. El caso se vio durante la
década de 1980, y la cuestión que todavía queda sin contestar es: ¿Adónde fue a
parar el dinero? En febrero de 1987 jueces de Milán emitieron órdenes de
arresto contra tres clérigos del Vaticano, entre ellos un arzobispo
estadounidense, con el cargo de que estuvieron implicados en una fraudulenta declaración
de quiebra, pero el Vaticano se negó a acceder a la extradición. En julio de
1987 el más encumbrado Tribunal de Apelaciones de Italia anuló las órdenes de
arresto debido a un viejo tratado que existía entre el Vaticano y el gobierno
de Italia.
¿Se
implicó Jesús en las prácticas de negocio dudosas de sus días? No. Él ni
siquiera tuvo propiedades, porque ‘no tenía donde recostar la cabeza’. A un
joven gobernante rico Jesús dio este consejo: “Vende todas las cosas que tienes
y distribuye entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé mi
seguidor”. Aquel consejo era excelente, porque, como resultado de él el joven
pudiera haberse librado de todas las inquietudes que le causaban sus asuntos de
negocio. (Lucas 9:58; 18:22.) En contraste con eso, muchas veces hay enlaces
sospechosos entre la religión babilónica y los grandes negocios. Por ejemplo,
en 1987 el Albany Times Union informó que el administrador financiero de
la arquidiócesis católica de Miami, Florida, E.U.A., confesó que la iglesia
poseía acciones en compañías que hacen armas nucleares, películas no aptas para
menores, y cigarrillos.