¿Qué idea le comunica la palabra “secta”?
¿Grupos de personas vestidos con extraños atuendos cantando y bailando en las
esquinas de las calles? ¿Multitudes de adoradores inclinándose ante algún
misterioso gurú? ¿Relatos horrorosos sobre niños secuestrados o maltratados? ¿O
quizás horrendas historias acerca de asesinatos o suicidios en masa?
Desafortunadamente, a menudo, quizás
demasiado a menudo, se oyen informes de este tipo. El resultado es que, para
mucha gente, la palabra “secta” ha llegado a ser un sinónimo de extraño, no
tradicional y, quizás, amenazador. Para estas personas, todos los grupos
religiosos que no pertenecen a las iglesias consideradas establecidas son
sectas. ¿Es válido este punto de vista? Y, más importante, ¿es ese el punto de
vista de la Biblia?
¿Qué es una secta?
Debe notarse que muchos judíos del primer
siglo consideraban así a los seguidores de Jesucristo, particularmente al
apóstol Pablo. Debido a su celosa predicación de las buenas nuevas sobre Jesucristo,
las autoridades judías acusaron a Pablo de ser “un individuo pestilente y que
promueve sediciones entre todos los judíos por toda la tierra habitada, y es
vanguardia de la secta de los nazarenos”. (Hechos 24:5.) La palabra griega que
se usa en este texto para “secta” es hái·re·sis, la cual significa “una
elección”, es decir, “la elección de una opinión contraria a la recibida
normalmente”. Así, una “secta” es un grupo que escoge seguir un curso o
creencia diferente de lo que es comúnmente aceptado.
Los líderes religiosos judíos pensaron que el
mensaje predicado por el apóstol Pablo y sus compañeros cristianos era
contrario a lo que ellos creían, y también molesto. Por eso los consideraron
una secta. Pero, ¿estaban en lo cierto? Por supuesto que no, porque si
adoptamos esa línea de razonamiento, ¡entonces tendríamos que decir que el
cristianismo que predicaron Jesús de Nazaret y el apóstol Pablo era una secta!
Por el contrario, la Biblia habla de “la
secta de los fariseos” y de la “secta de los saduceos”. (Hechos 15:5; 5:17.)
¿Por qué? Porque escogieron seguir un curso o creencia diferente de lo que la
Biblia enseña. Jesús señaló su error cuando dijo: “Diestramente ponen ustedes a
un lado el mandamiento de Dios para retener su tradición. [...] Así invalidan
la palabra de Dios por la tradición suya que ustedes transmitieron”. (Marcos
7:9, 13.) Aunque pensaban que practicaban la religión establecida, ellos
constituían las sectas de aquellos días.
Ya que se aferraban quisquillosamente a sus
propias ideas de lo que era correcto, aquellos líderes religiosos santurrones
rechazaron a Jesús. Por este motivo, Jesús les declaró: “Por eso les digo: El
reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca
sus frutos”. (Mateo 21:43.)
¿Quiénes componen las
sectas hoy en día?
Hoy, los escritores religiosos, críticos y
otras personas utilizan liberalmente el término “secta” como calificativo
peyorativo con referencia a cualquiera que ofenda su sensibilidad religiosa.
Pero, ¿es esta una base sólida para emitir un juicio? ¿No sería mejor seguir
las directrices provistas por Jesús y examinar los “frutos” que producen? Él
dijo: “Por sus frutos los reconocerán”. (Mateo 7:16.)
Siguiendo este criterio, muchos de los grupos
y movimientos de los que leemos pueden ser llamados sectas. Más bien que
producir “el fruto del espíritu”, han manifestado prolijamente “las obras de la
carne”, como: “fornicación, inmundicia, conducta relajada, idolatría, práctica
de espiritismo”. (Gálatas 5:19-24.) De muchas de estas bien puede decirse que
tienen un culto propio, ya que idolatran a ciertos líderes carismáticos y
siguen sus enseñanzas en vez de la Palabra de Dios, la Biblia.
Pero, ¿qué se puede decir de las religiones
consideradas establecidas? Bien, ¿sostienen ellas las altas normas morales de
la Biblia o tienen sus propias ideas? (1 Corintios 6:9, 10.) ¿Se aman unos
a otros, lo que Jesús dijo que sería la marca que identificaría a sus
verdaderos discípulos, o han sido inducidos por el nacionalismo y la política a
matarse unos a otros en tiempos de guerra? (Juan 13:35.) ¿Proclaman la Biblia
como la Palabra inspirada de Dios, tal como hizo Jesús, o la consideran un mito
y la sustituyen por filosofías humanas y la teoría que deshonra a Dios: la
evolución? (Juan 17:17.) Está claro que, a pesar de su “respetabilidad”, las
religiones consideradas establecidas no son más que sectas falsas que se hacen
pasar por el verdadero cristianismo.
Lo que usted debería
hacer
El verdadero cristianismo no es una secta ni
está dividido. Si usted pertenece a una Iglesia, entonces debería examinar
cuidadosamente lo que esta enseña y los “frutos” que sus miembros producen.
¿Están estos totalmente basados en la Biblia y en armonía con ella? ¿O podría
ser que su Iglesia también hubiera escogido un curso diferente de lo que la
Biblia enseña, convirtiéndose así en una secta? Un estudio diligente de la
Biblia es la única manera de saberlo a ciencia cierta.
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