miércoles, 10 de junio de 2015

¿Qué piensa su iglesia acerca de la homosexualidad?


¿Sabe usted con seguridad? ¿Le ha preguntado a su ministro?
Se han efectuado tremendos cambios en las iglesias, incluso cambios en sus puntos de vista sobre la homosexualidad. The Christian Century del 15 de diciembre de 1971 hizo notar:
“Cada vez más sectas ‘principales’ están preparadas para dar la bienvenida a homosexuales como miembros y copartícipes en su vida, tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos.”
Se ve, pues, que las preguntas que se hacen aquí son apropiadas. ¿Realmente sabe usted lo que su iglesia piensa acerca de la homosexualidad?
El éxito manifiesto de que han disfrutado las iglesias establecidas especialmente para los homosexuales ha tenido mucho que ver con el cambio en la actitud de las iglesias ‘principales’ para con la homosexualidad. La primera iglesia homosexual se organizó en 1968, pero actualmente se informa que hay 43 congregaciones para homosexuales en 19 estados de los EE. UU. y Londres, ¡con un total internacional de 15.000 miembros! También, hay la sinagoga para homosexuales Beth Chayim Chadashim en California, y el rabino Erwin Herman dice que su “oportunidad es excelente” para ser miembro de la Unión de Congregaciones Hebreas Americanas.
Por supuesto, todavía es cierto que si ciertas iglesias ‘principales’ se enteran de que su ministro es homosexual, pueden removerlo. Pero dicha acción es contraria a la tendencia. Por ejemplo, ya no es la norma en el Seminario Teológico Unión despedir a homosexuales conocidos que estudian para el ministerio. De hecho, en junio de 1972 la Iglesia Unida de Cristo que tiene dos millones de miembros ordenó a un ministro declarado abiertamente homosexual. En la votación, 27 clérigos favorecieron la ordenación, 13 se opusieron.
Con los cambios en mira, algunos líderes religiosos ahora están declarando abiertamente su homosexualidad. Uno de ellos escribió lo siguiente en The Christian Century del 27 de septiembre de 1972:
“Tengo el más alto grado que se puede ganar en la religión; he enseñado a nivel universitario por casi 20 años; y soy ministro ordenado. . . . Prefiero la compañía de hombres... en la cama y fuera de ella.”
¿Le inspira repugnancia esto a usted? Si amamos a Dios y su Palabra inspirada sí nos inspirará repugnancia, pues la Biblia dice: “No te acostarás con un varón como con una mujer; es una abominación.” También, en vez de tratar a los homosexuales como cristianos, el apóstol Pablo declaró: “No se engañen; ni los inmorales . . . ni los homosexuales . . . heredarán el reino de Dios.” Podían llegar a ser cristianos solo después de abandonar los caminos inmorales.—Lev. 18:22; 1 Cor. 6:9, 10, Revised Standard Version.
A pesar de estas escuetas declaraciones bíblicas, muchas iglesias están dando la bienvenida a homosexuales practicantes. De hecho, el Daily News de Washington informó: “Un número creciente de clérigos (tanto homosexuales como heterosexuales) están oficiando en ‘matrimonios’ homosexuales tanto de varones como de hembras.” Considere, como ejemplo, el Globe de Boston del 8 de abril de 1973 que informó:
“Dos varones de Boston que se conocieron mientras estudiaban para el ministerio metodista unido fueron ‘casados’ ayer en la Iglesia Old West de la secta . . . El Rdo. William E. Alperts, pastor, llevó a cabo . . . la ceremonia matrimonial de los homosexuales.”
“Sin embargo,” quizás diga usted, “mi iglesia jamás aprobaría cosa semejante.” Pero, ¿está usted seguro? ¿Sabía usted que muchos líderes de cuerpos religiosos episcopal, presbiteriano, luterano, católico, metodista, bautista y otros aprueban la homosexualidad?
El obispo EPISCOPAL J. Brooke Mosley, presidente del Seminario Teológico Unión de la ciudad de Nueva York, dijo:
“Firmemente creo que una persona orientada homosexualmente puede ser cristiana sana y fiel; y lo que es más, que él o ella puede ser un ministro cristiano dedicado... y algunas de ellas ya lo son.”
En 1970 la Asamblea General 182 de la IGLESIA PRESBITERIANA UNIDA publicó y recomendó para estudio un informe que declaraba:
“Las reflexiones éticas y las actitudes personales de la comunidad cristiana deben ser de tal índole que a las personas homosexuales no se les haga sentir que su preferencia sexual está en conflicto irresoluble con el ser miembros de la confraternidad cristiana.”
También en 1970, en su Quinta Asamblea Bienal, la IGLESIA LUTERANA DE ESTADOS UNIDOS aprobó esta declaración sobre la homosexualidad:
“Las personas que participan de comportamiento homosexual son pecadoras solo como lo son todas las otras personas... alejadas de Dios y del prójimo. . . . Es esencial verlas como personas que tienen derecho a entendimiento y a justicia en la iglesia y la comunidad.”
El sacerdote CATÓLICO ROMANO Henry Fehren, escribiendo en el U.S. Catholic de septiembre de 1972, revista que fue “publicada con aprobación eclesiástica,” dijo:
“Si Dios no aborrece, sino más bien ama, al homosexual con la naturaleza con la cual fue creado nosotros no podemos hacer menos. Y esto significa que tenemos que aceptar al homosexual tal como es. . . .
“El amor homosexual puede ser tan noble, hermoso y santo como el amor heterosexual.”
W. Paul Jones, profesor de la Escuela de Teología Saint Paul METODISTA de Kansas City, Misuri, escribió esto en Pastor Psychology de diciembre de 1970:
“Llegamos a la conclusión de que . . . la relación profunda entre dos miembros del mismo sexo no solo es moralmente permisible sino que ha de buscarse, estimularse, apoyarse y facilitarse con todas las facultades a nuestra disposición. No hay sustituto para tal relación, y no ha de ser privado de ella el homosexual.”
Y en Review and Expositor, primavera de 1971, una revista publicada por la facultad del Seminario Teológico BAUTISTA MERIDIONAL de Louisville, Kentucky, el profesor John H. Boyle dijo:
“Las raíces del pecado no yacen en el acto mismo homosexual. . . .
“Si la Iglesia es fiel a su llamamiento tiene que declarar osadamente que los homosexuales son personas, hechas a la imagen de Dios, por quienes murió Cristo, y que por la gracia de Dios los que no eran pueblo son pueblo de Dios, porque en otro tiempo no habían recibido misericordia pero ahora han recibido misericordia.”
Sí, eminentes líderes religiosos de las iglesias ‘principales’ verdaderamente aprueban la homosexualidad. Han rechazado la Biblia. Como dijo el obispo episcopal Brooke Mosley: “Nuestro entendimiento de la moralidad cristiana ha avanzado mucho más allá de las leyes del Antiguo Testamento . . . y de los edictos de San Pablo.” Si los líderes de las iglesias ‘principales’ dicen cosas semejantes, ¿puede usted realmente saber con certeza que su ministro no opina lo mismo? ¿Por qué no le pregunta?


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