jueves, 4 de junio de 2015

Los resultados de rechazar la Palabra de Dios


 La razón fundamental por la cual las religiones de este mundo se encuentran en un estado tan dividido y caótico es que pasan por alto las leyes de Dios como se hallan en su Palabra, la Biblia. Sí; muchos clérigos rechazan la Biblia como la Palabra inspirada de Dios. Sin embargo, Pablo el apóstol inspirado declaró: “Toda Escritura es inspirada de Dios”. (2 Timoteo 3:16.) Pablo también nos instó a aceptar la Biblia “no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios”. (1 Tesalonicenses 2:13.) ¡De seguro Jehová Dios, el Creador Todopoderoso del imponente universo, podía ser autor de un libro y encargarse de que ese libro se mantuviera en condición íntegra a través de los siglos!
Sin embargo, la New Catholic Encyclopedia dice: “Muchas declaraciones bíblicas sencillamente no son verdaderas cuando se las juzga según el conocimiento moderno de la ciencia y la historia”. En un escrito que salió en U.S. Catholic, un sacerdote declaró que la creación de la Tierra no pudo haber sucedido como se describe en Génesis. Y del relato de Génesis acerca de la creación humana declaró: “La raza humana no empezó así”. Un obispo episcopal dijo: “La Biblia contiene errores, inexactitudes y contradicciones. Por eso se puede entender por qué para las principales iglesias cristianas la Biblia no es infalible”. En Inglaterra, un obispo anglicano llamó a la resurrección de Cristo “prestidigitación con huesos”.
 Así, pues, muchos miembros del clero o desdeñan la Biblia o no enseñan a sus seguidores a respetarla ni a seguir las leyes de Dios que contiene. Esa es una de las razones principales por las cuales hay una asombrosa ignorancia de la Palabra de Dios por toda la cristiandad. El comentador sobre asuntos religiosos M. J. McManus escribió esto acerca de las personas que van a las iglesias: “Pocas tendencias en el terreno religioso amenazan tanto con socavar a la religión organizada en los años ochenta de este siglo como lo hace la lamentable condición del conocimiento bíblico”. Señaló que para la mayoría de los que concurren a las iglesias “la Biblia sigue siendo un documento extraño que no se lee”.
¿En qué ha resultado todo esto? ¿Han demostrado las religiones del mundo que puedan desprestigiar las enseñanzas bíblicas y todavía producir paz o buena moralidad entre sus adherentes? Al contrario, por toda la Tierra las condiciones empeoran. Aumentan la agitación, la división, la corrupción política y el deterioro en la moralidad en las naciones cuyas religiones no son cristianas. Pero la cristiandad es un caso especial de haber sido por mucho tiempo la más azotada por el crimen, la inmoralidad, la adicción a las drogas, la contienda racial y la guerra. Ha sucedido precisamente lo que predijo la confiable Palabra de Dios: “Ellos han rechazado la mismísima palabra de Jehová, y ¿qué sabiduría tienen?”. (Jeremías 8:9.)
La prueba no se puede negar. Muestra que las religiones de este mundo no son un verdadero factor importante a favor de la paz y seguridad. Han dejado a sus seguidores sin conocimiento de la esperanza verdadera... el Reino de Dios.


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