La
razón fundamental por la cual las religiones de este mundo se encuentran en un
estado tan dividido y caótico es que pasan por alto las leyes de Dios como se
hallan en su Palabra, la Biblia. Sí; muchos clérigos rechazan la Biblia como
la Palabra inspirada de Dios. Sin embargo, Pablo el apóstol inspirado
declaró: “Toda Escritura es inspirada de Dios”. (2 Timoteo 3:16.) Pablo
también nos instó a aceptar la Biblia “no como palabra de hombres, sino, como
lo que verdaderamente es, como palabra de Dios”. (1 Tesalonicenses 2:13.) ¡De
seguro Jehová Dios, el Creador Todopoderoso del imponente universo, podía ser
autor de un libro y encargarse de que ese libro se mantuviera en condición
íntegra a través de los siglos!
Sin embargo, la New Catholic Encyclopedia
dice: “Muchas declaraciones bíblicas sencillamente no son verdaderas cuando se
las juzga según el conocimiento moderno de la ciencia y la historia”. En
un escrito que salió en U.S. Catholic, un sacerdote declaró
que la creación de la Tierra no pudo haber sucedido como se describe en
Génesis. Y del relato de Génesis acerca de la creación humana declaró: “La raza
humana no empezó así”. Un obispo episcopal dijo: “La Biblia
contiene errores, inexactitudes y contradicciones. Por eso se puede entender
por qué para las principales iglesias cristianas la Biblia no es infalible”.
En Inglaterra, un obispo anglicano llamó a la resurrección de Cristo
“prestidigitación con huesos”.
Así,
pues, muchos miembros del clero o desdeñan la Biblia o no enseñan a sus
seguidores a respetarla ni a seguir las leyes de Dios que contiene. Esa es una
de las razones principales por las cuales hay una asombrosa ignorancia de la
Palabra de Dios por toda la cristiandad. El comentador sobre asuntos religiosos
M. J. McManus escribió esto acerca de las personas que van a las iglesias:
“Pocas tendencias en el terreno religioso amenazan tanto con socavar a la
religión organizada en los años ochenta de este siglo como lo hace la
lamentable condición del conocimiento bíblico”. Señaló que para la mayoría de
los que concurren a las iglesias “la Biblia sigue siendo un documento extraño
que no se lee”.
¿En qué ha resultado todo esto? ¿Han
demostrado las religiones del mundo que puedan desprestigiar las
enseñanzas bíblicas y todavía producir paz o buena moralidad entre sus
adherentes? Al contrario, por toda la Tierra las condiciones empeoran. Aumentan
la agitación, la división, la corrupción política y el deterioro en la
moralidad en las naciones cuyas religiones no son cristianas. Pero la
cristiandad es un caso especial de haber sido por mucho tiempo la más azotada
por el crimen, la inmoralidad, la adicción a las drogas, la contienda racial y
la guerra. Ha sucedido precisamente lo que predijo la confiable Palabra de
Dios: “Ellos han rechazado la mismísima palabra de Jehová, y ¿qué sabiduría
tienen?”. (Jeremías 8:9.)
La prueba no se puede negar. Muestra que las
religiones de este mundo no son un verdadero factor importante a favor de la
paz y seguridad. Han dejado a sus seguidores sin conocimiento de la esperanza
verdadera... el Reino de Dios.
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