Si usted pudiera hacerlo, ¿qué tres preguntas
haría usted a Dios? Ésta fue la pregunta que se hizo en una reciente encuesta
Gallup a hombres y mujeres que fueron entrevistados en 300 ciudades y
pueblos. Según se informó en el periódico Daily News, de Nueva York, el
evangelista Pat Robertson decidió efectuar la encuesta para ver si otras
personas de los Estados Unidos harían la misma pregunta que él quisiera
plantear a Dios si se le concediera la oportunidad: “¿Cuándo viene el fin del
mundo?”. Los resultados lo sorprendieron. “A la gente le preocupa más lo que
está sucediendo ahora que lo que sucederá en el futuro”, dijo Robertson.
“¿Habrá algún día paz mundial duradera?”,
resultó ser la pregunta que la gente quisiera hacer primero. Las siguientes, en
orden, son: 2) ”¿Cómo puedo llegar a ser una mejor persona?” 3) ”¿Qué
porvenir nos espera a mí y a mi familia?” 4) ”¿Se descubrirá algún día la
curación de todas las enfermedades?” 5) ”¿Por qué hay sufrimiento en el
mundo?” y 6) ”¿Hay vida después de la muerte?”
Sin embargo, Dios no ha guardado del hombre
las respuestas a estas preguntas. Amorosamente, mediante las páginas de su
Palabra, la Biblia, él ha dado a conocer con claridad las respuestas. De hecho,
varias de éstas se contestan en un solo versículo... parte de la visión que el
apóstol Juan recibió por inspiración sobre “las cosas que tienen que suceder
dentro de poco”. Juan escribió: “El [Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y
la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas
anteriores han pasado” (Revelación 1:1; 21:4). En diferentes números de esta
revista se pueden hallar respuestas detalladas y basadas en la Biblia a todas
estas preguntas.
Creencias paganas
cristianizadas
“En 601 d. C., el papa
Gregorio I, conocido como Gregorio Magno, dio un decreto a sus misioneros
respecto a las creencias y las costumbres nativas de la gente a quienes él
esperaba convertir —declara un número reciente de la revista Natural
History—. En vez de tratar de eliminar las costumbres y creencias de la
gente, el papa dio instrucciones para que éstas se utilizaran. Si cierto
grupo adora un árbol, en vez de cortarlo, conságrenlo a Cristo y dejen que el
pueblo siga adorando el árbol.” Llamándolo un “concepto brillante” y el
“principio fundamental de la obra misional católica”, el artículo pasa a decir:
“Los días santos de los católicos fueron fijados a propósito para que
coincidieran con los días santos de los nativos. Por ejemplo, se fijó la fecha
arbitraria del 25 de diciembre para la Navidad porque correspondía con la
celebración invernal de muchos pueblos. Por la misma razón, el día de San Juan
se fijó en el solsticio de verano”.
Por muy “brillante” que haya sido esta idea
para difundir el llamado cristianismo, ciertamente no es la manera como Dios
hace las cosas. Cuando los israelitas estaban a punto de entrar en la Tierra
Prometida, Dios les dio instrucciones para que eliminaran por completo toda
adoración pagana de aquel lugar (Números 33:52; Deuteronomio 7:5, 6). Y en el
caso de los cristianos verdaderos, la adoración “limpia e incontaminada”
requiere que se mantengan “sin mancha del mundo”. (Santiago 1:27.)
¿Abolir la religión?
“Si no se puede hallar modo alguno de separar
la religión de la política y el estado, entonces [debería] tomarse en consideración
el abolir la religión misma.” Esto es lo que sugiere el autor John Bartlow
Martin, ex embajador, en un artículo que escribió para USA Today. Al
mencionar la dominación religiosa del pasado, como mediante las Cruzadas y la
Inquisición española, la fuerza divisiva de la religión hoy día, el
derramamiento de sangre y el desasosiego que causan los modernos “apóstoles del
fanatismo”, el Sr. Martin dice: “Si uno escucha las noticias nocturnas
televisadas, no puede menos que sorprenderse al notar lo arraigados que están a
la religión los problemas del mundo. Y son pocas las rivalidades políticas que
alguna vez hayan generado el fervor sanguinario de una guerra religiosa”.
Jehová Dios, también, ha visto el proceder
“sanguinario” de la religión falsa. La Palabra de Dios la llama Babilonia la
Grande y profetiza la aniquilación de la religión falsa a manos de los poderes
políticos... esto anuncia la destrucción total del presente inicuo sistema de
cosas. Aunque el Sr. Martin declara que la realización de su sugerencia de
abolir la religión ‘probablemente sea imposible’, Dios nos asegura que Su
decisión justa contra la religión falsa sí se llevará a cabo.
(Revelación 17:1-6, 15-17; 18:4, 5.)
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